sábado, 26 de octubre de 2013

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1982.

Más opciones para chocolatear la leche. Los 80: ¿libertad o libertinaje?

Me encanta, sin embargo, el aire adulto del anuncio. Formato testimonio, eslogan alusivo pero sin nombrar al enemigo, modelo brindando con un vaso... Este mismo chaval, 40 años después, puede anunciar Chivas con la misma pose y el anuncio saldría en alguna revista seria tipo Forbes o Cambio 16.

Esto me parece buena publicidad. Dibujitos, historietitas, colorines y tetas, MAL. Esto, BIEN.

martes, 22 de octubre de 2013

L'Avui dels Súpers

El post de hoy es de regionalismos y de fomentar la división de España, pero qué le voy a hacer: el otro día encontré esta colección, y se merece, al menos, un post.


Contexto: L'Avui dels Súpers era como el Pequeño País del diario catalán Avui (hoy El Punt Avui), coordinado con el Club Súper 3, programa infantil de Televisió de Catalunya. En mi casa no se compraba el Avui porque ya se sabe que el diario que lee cada uno es lo más parecido a un sistema de castas que tenemos en occidente, y a nosotros no nos tocaba el Avui. Pero a mi tío sí, y lo compraba cada sábado para darme a mí el suplemento. Los tengo todos (suponiendo que sólo salieran cuarenta, que creo que sí). Resulta que la revista dels Súpers llegó oportunamente en septiembre de 1994; por esa época, a mí, de Ediciones B, ya sólo me gustaban Cera, Ramis y Jan; no valía la pena comprar el Mortadelo para seguirles sólo a ellos. L'Avui dels Súpers trajo una nueva remesa de autores (¿de relleno?) que no podía venir en mejor momento.

Cavall fort. En portada,
Ot, el bruixot
, de Picanyol.

Massagran. Guion de Ramon Folch
i Camarasa, dibujos de Madorell.
Desde mi perspectiva, el panorama de cómic original en catalán en los 80 no mataba mucho. Existía y existe una revista, Cavall Fort, cuya historia y significado sociocultural es más interesante que su contenido; existía Tretzevents, más progre, que cerró en 2011 tras 60 años de existencia, pero que yo no recuerdo haber visto jamás en un kiosco; existía Massagran, que es nuestro Tintín, más o menos, y poco más. Yo, a mis 13 años (y no creo que fuera el único, pero eh, intervengan si quieren), asociaba cómic catalán con una serie de autores más ilustradores que comiqueros y una línea editorial bastante queca (ñoña). Los dibujitos que hablaban catalán siempre fueron de señoras: las señoras de Teo (Violeta Denou), la señora de Las tres mellizas (Roser Capdevila), la señora que dibuja como Pilarín Bayés (Pilarín Bayés)... Para alguien que había aprendido a leer con Ibáñez y crecido con Ramis, el cómic catalán era poco engrescador. (Insisto en que esto no pretende ser historia; es mi percepción de la época y nada más.)

Pero L'Avui dels Súpers se lo curraron. Había alguno de los autores tradicionales (Picanyol, sin ir más lejos), y alguna portada de señoras, pero casi todo el resto de series era de verdadera masturbación sensorial. Hecho por algunos autores conocidos, aquí hablando en su otra lengua materna, y otros que empezaban entonces, pero a los que ahora conozco muy de cerca. Mucho. :D

De las 16 páginas de la revistilla, sólo tres o cuatro traían contenido relacionado con el Club Súper 3 en sí. La primera, con el tema principal del número, corría a cargo de Joan Tharrats y Vaquer, de fama juevera. Curiosamente, esta era la época en que los experimentos de Vaquer con el Mac desconcertaban a los fans del dibujo bonito de Johnny Roqueta, pero en las páginas del Club Súper 3 quedaban bien. Yo flipaba con ese trazo acelerado (aún lo hago) y la composición a golpe de copypaste encajaba bien con el programa de televisión, que era un formato contenedor como el que luego copiaron TVE con Pinnic o Antena 3 con Megatrix. Y ahora que me acuerdo, había una tía en Pinnic que tenía un polvo con amor. Ya está, hasta aquí mi digresión obscena. 

Petri, Supernets y Noti. A mí, eso de dibujar tipazos en tres trazos siempre me fascinará.

Por cierto, un ejemplo de absorción deliberada:

Las bambas de Flash, Top i Buf.
Las bambas de Xavi en Edgar trabaja.

Y ahora, las series.

(Discléimer: lo que viene ahora es un montón de historietas en catalán que no he encontrado traducidas y que, tras considerarlo dos segundos, he decidido no traducir yo, más que nada porque no me apetece. Si es su voluntad, siéntase usted libre de ofenderse mucho por esta flagrante marginación y de irse a la mierda y desde allí escribir al director del ABC quejándose de historietistas que hacen cosas en lenguas que usted no conoce sólo por fastidiar. A los demás, os invito a intentar leerlas; vale la pena el esfuerzo extra. Y joder, es catalán, no uzbeko.)

Como en toda revista juvenil catalana, no podía faltar la sección de rollo cau/casa de colonias hablando de la naturaleza y la biorriqueza patria y blablablá. Pero ¡oh!, esta vez viene ilustrada con chistes buenos, no ingenuos, y con referencia pop incluida. Y los firma un tal... ¿Manel Fontdevila? ¿De qué me suena a mí ese nombre?


Esta sección se acabó a las 20 semanas. Entonces, el tal Fontdevila estrenó una página completa:  S'ha acabat el pati! ("Se acabó el recreo"), protagonizada por el joven Eloi, amante no correspondido de la bella Mireia. Igual la nariz y el pelo de Eloi, y Mireia entera, os recuerdan a alguien.

Max el Tapir se recicla al pie de la página como presentador de la agenda cultural. Y me mata con ese chiste sobre Jordi LP, stand-up comedian catalán. Os juro que Guille y yo hace años que hablamos de una hipotética peli de acción a lo Jungla de cristal que debería rodarse en las calles de Barcelona, y coincidimos siempre en el mismo punto: el villano tiene que ser Jordi LP. Bravo, Manel; compartimos una visión.
Pero el talento del tal Fontdevila no acaba aquí: sirve de guionista a J. M. Beroy en la que me parece, con diferencia, la mejor serie del cómic nostrat jamás creada, una que debería haber barrido hace años a Massagran de las estanterías: Els fabulosos Mallofré, superhéroes defensores de los valores catalanes, que en estos tiempos de tensión y de oídos sordos a nuestro grito como pueblo YO REIVINDICO A LA PUTA VOZ DE YA:


El golpe estético es como para provocarle o curarle la epilepsia a mi yo de 13 años. Vengo de Bruguera y B, de Ibáñez y sus discípulos, de un mundo de eternos planos laterales encajados en viñetas de altura homogénea. Sé que existen Marvel y el manga, pero quedan lejos, como la mili. La flexibilidad de estas páginas es como descubrir de golpe dos dimensiones extras y seis colores nuevos en el arco iris. Solo la tercera viñeta (contrapicado, escenario, sombra dramática) se mea sobre seis kilos de álbumes Olé embalados para el trapero.

Otra de regalo. En esta, los jueveros reconocerán más al guionista, creo.


No quiero restar un ápice de mi admiración a Beroy, pero no es sólo Beroy. Els fabulosos Mallofré es una serie mensual; se turna en la revista con otras igual de potentes. En el número siguiente, se nos presenta El Bosc Feréstec, S.L. ("Bosque agreste, S.L."), una agencia de talentos en un mundo de hadas y dragones. Firma el colectivo La Penya. (Yo aún no había descubierto la opus magna de La Penya, Mondo Lirondo. Ah, y por si alguien no lo sabe: La Penya son Àlex Fito, José Miguel Álvarez, Ismael Ferrer y Albert Monteys. Oh. Sí.)


Es difícil determinar quién hace qué en La Penya, pero yo, que me jacto de conocer a Monteys, quiero ver su huella en el chiste de la tercera viñeta ("Bhaf no viene porque está enfermo, y Whouf tampoco porque no existe, te lo has inventao"). Gracioso.

Maldita sea; pongo otra, porque son demasiado buenas:


 Va, la última, la última. Es que el gag de esta primera página me parece perfecto.


Bueno, venga, sigo antes que me denuncien por infracción de copyright. A mitad de la revista, Ismael Ferrer saca el pie de La Penya un momento para firmar una serie propia. Como Súper 3 es en parte responsable de descubrirnos el manga a nuestra generación, parece justo que la revista cuente con una serie de ese estilo: Eli i la iaia Makuto, crónica del verano que una adolescente pasa con su abuela ninja en un pueblo de locos típicamente nipón.



Móar. Otro clúster de autores que firma como Frankfurt (pero que la cabecera anuncia como Alfons López, Rafel Vaquer y Xavier Roca) vuelve a tirar el Paint Shop Pro por la ventana con Star Craks, transportistas intergalácticos. Otra tanda de dibujos humillantemente rápidos y molantes.


La última serie en rotación: Pasqual Ferry crea a una chica llamada Lluna (no, no saquen conclusiones), más emo que ninguna chica mona y más mona que ninguna chica emo, y le da un noviete al que no se puede llamar por teléfono: hay que invocarle en un pentáculo. La serie se llama Als llimbs ("En el limbo"). Es una verdadera pena que sólo se publicasen (creo) tres entregas; los personajes me hacen caer la baba aún hoy. Pasqual Ferry se fue a trabajar a la Marvel y ahora es el dibujante de Thor.


Última for justice: a Joan Gómez (lugar y fecha de nacimiento desconocidos) yo le tenía más por ilustrador que por comiquero, porque cuando le reencontré en L'Avui dels Súpers me sonaban los dibujos de un libro de ciencias que tuve en la EGB. Gómez había estado en Tretzevents, de donde creo que reciclaron la serie Els somnis de l'Anna ("Los sueños de Anna"). Aunque menos gamberra que todas las series anteriores, era una de mis favoritas: esa profusión de detalles que se gastaba prorrogaba la lectura.



Vale, ¿veis ese monstruito verde y encorvado a la izquierda? ¿El que parece tener un solo ojo?

  

No, no, no busquéis las diferencias. Lo saqué de ahí. 40 números de L'Avui dels Súpers ocupan mucho menos que todos mis Mortadelos; pero la impresión que me causaron fue profunda. Eso merece, al menos, un post. De los largos.

martes, 15 de octubre de 2013

Ramis - Sporty (o Por qué quiero a Ramis más que a ti, volumen I)


A todos los que nos sentamos en la mesa de los niños en la cena anual de dibujantes de El Jueves nos une una cosa: el amor a Juan Carlos Ramis. Preguntad a cualquier Rubén Fdez. o a algún Morán; creo que me darán la razón. No le conocemos, apenas le hemos hablado, no sabemos dónde para, y si lo supiéramos, tampoco correríamos a buscarle. Es algo extraño, como el tío gamberro que tus padres critican pero que a ti de niño te hace mucha risa. Somos los niños de Médico de familia, y él era nuestro Francis Lorenzo. Nos marcó, pero no queremos ser como él (tampoco podríamos). Nos enseñó mucho, y sin embargo sabemos que esa no es la manera de hacer las cosas. Ciertamente, ninguno de nosotros haría algo así:


Juan Carlos Ramis (Chantada, Lugo, 1962) es el autor de relleno con mayúsculas de la época de Ediciones B, a partir de 1986. Llegó a Mortadelo con Alfalfo Romeo y a Súper Mortadelo con Sporty, y él solo apartó estas revistas de la trayectoria Bruguera. De entrada, con un dibujo antiacadémico, de influencia Ibáñez clarísima, pero sin madurar. Todos los dibujantes de Bruguera y B hasta entonces parecían veteranos: fueran viejos o jóvenes, esmerados o frescos, clásicos o rompedores, el dibujo de un Ibáñez o un Cera o un Marco venía a decir "llegamos a esta revista con el culo pelao". El de Ramis, no. Ramis era sencillote, a veces torpe, más bien infantil; sus páginas tenían un aspecto poco profesional.

Y luego estaban los chistes.


Los chistes de Ramis eran... pues... No, no sé explicarlo. O sea, en parte encajaban con el dibujo: eran poco profesionales. Eran pueriles. Eran malísimos. Pero funcionaban. No entiendo por qué. Y si alguien asegura entenderlo, que le jodan. No escuchéis a teóricos del humor que intentan explicar qué es humor inteligente o cuándo un chiste malo es tan malo que es bueno; quienes formulan y siguen esas reglas suelen ser eficientes y poco más. Ramis era un genio.

Sporty temprano. 1987.

¿Acaso los chistes eran malos, pero eran muchos? ¿Eran tan malos que eran buenos? ¿O eran tan malos que eran idiotas? Cualquiera de esas explicaciones sirve para justificar que nos gustara de pequeños, pero lo más importante es que, por la misma razón, hoy lo admiramos. Porque, sencillamente, no tenemos huevos de hacer estos chistes. Se nos ocurren, sí, no diré que no; pero los soltamos en la mesa de los niños en la cena anual de jueveros; no los publicamos. Hay quien llamaría a eso profesionalidad; quizá sea vergüenza. En cualquier caso, es lo que Ramis no tenía y le hace querido e inolvidable. Yo no compartía tebeos con Guille Martínez-Vela o Xavi Morató, pero el chiste de "mentalizarse" es un referente común y reconocible. Como el de "acabaremos con el rayo".

¿Qué? ¿No hay apuestas? Bueno, os lo acabo de contar en otro momento.


Lo más sorprendente, sin embargo, fue su evolución. Nuevamente, yo no soy comicólogo ni consulto más bibliografía que mi escasa colección; estoy especulando, pero creo que hubo un momento en que Ramis pasó de hacer Sporty como lo hacía porque no daba más de sí a convertir su defecto en virtud. Se dio cuenta de que el dibujo feúno y el humor tonto eran sus armas, y las abrazó. Y el humor tonto se convirtió en suprema gilipollez:


En esta época, la serie se había librado ya del tema deportivo; las aventuras de Sporty pasaron a centrarse en su imposible relación con la bella Renata (sí; Mamerto, Renata... Ramis era el puto amo del nomenclátor) y el humor va haciéndose más picantón. Sin ir más lejos, observad cómo el maestro desarrolla tan desafiante premisa:

Y lo dejo aquí, porque esa última viñeta me parece sublime. La página es de 1992.


Guille y yo hablamos una vez con Ramis y Cera cuando firmaban en un salón del cómic. Ramis recordaba con cariño esta época, porque "hacíamos lo que nos daba la gana". No te haces idea de cómo "lo que te daba la gana" influyó en los niños de entonces/dibujantes de hoy, querido Ramis. Dudo que el auge del absurdo que hoy vivimos existiera sin ti. No sabes qué monstruos has creado.

Pero por favor, volvamos al malvado que pretende acabar con el rayo reparador de la capa de ozono.


Y por cierto, esa bazooka en la viñeta final... ¿acabamos de asistir al nacimiento de Mafrune?

lunes, 14 de octubre de 2013

Vázquez - Especial "Jua, jua"

Rescatado de una revista sin tapas que, según mis pesquisas, debía de ser el Mortadelo Especial número 106 (c. 1981). "Jua jua" es como se escribía antes "juas juas". Falta la primera página.









Y mañana:

martes, 8 de octubre de 2013

¿Quién tiene el Chollo?

Para los ninios: el Chollo era la mascota del programa Un, dos, tres... responda otra vez en 1985, cuando lo presentaba Mayra Gómez Kemp. Esa era también la época del último Mortadelo de Bruguera, refundiendo las cabeceras Súper y vanilla en una. El concurso-promoción incluía historieta currada de Ibáñez y la participación de todos sus personajes, aunque creo que los premios son lo que más me fascina. La bicicleta de cross con respaldo a lo Harley Davidson es una insignia de la época. De la brigada informática mejor no hablar.
 


Idea para novela: alguien recibe en pleno 2013 un Talbot Samba que le tocó en un concurso de la tele (a él/ella o a un antepasado) y que Correos había extraviado hasta hoy. Lo utiliza para pegarse un viaje a lo Kerouac o una huida a lo Transporter.

lunes, 7 de octubre de 2013

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Puedo bajarme de Internet las series de antes. Puedo jugar a los videojuegos de antes. Incluso hay almas generosas (y delictivas, seguramente) que escanean y suben los tebeos de antes.

Juegos de mesa: quizá eso sea lo único que Internet aún no ha rescatado. El señor Cefa eligió bien su modelo de negocio: su producto es verdaderamente único. Hay algún intento de piratearlo, pero no me convence. Los tebeos en torrent ya no me convencen, de hecho; ni siquiera me gusta el e-book; soy coleccionista de libros, me chifla el tacto del papel. Lo mismo vale por los juegos. Creo que tuve el Imperio Cobra; habrá que buscarlo en el sótano de casa de mis padres: my own private pirate bay.

viernes, 4 de octubre de 2013

Corrección política de qué (II)



Si creías que lo de Vázquez tenía la excusa de que era la España franquista y no había madurado nuestra conciencia plural, ale hop: Ramis, 1990.

Ey. Si Ramis no fuera como un crío, no le amaríamos.

jueves, 3 de octubre de 2013

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(1987.) El Cococrash, rompecabezas inventado en Bélgica con el nombre de Happy Cubes. Yo jugaba a esto. Y me tenía que quitar a las chicas de encima, sobra decirlo.

miércoles, 2 de octubre de 2013

Tebeos de niñas

Esto que viene hoy es una reflexión mía, y si alguien ya ha escrito una tesis sobre ello, os ruego que no me lo digáis. En serio. Me da rabia la gente que se empeña en buscar en su puto iPhone los datos precisos de alguna cuestión sobre la que podríamos estar especulando tan ricamente.

La cosa es: si algún día reinventamos la revista juvenil al estilo Mortadelo, deberíamos considerar seriamente si el tebeo no es cosa de niñas, más que de niños. O, por lo menos, cosa de ambos. Esto parece contraintuitivo (pardon the anglicism), porque en nuestro entorno (pseudo)adulto asociamos leer cómics con tíos y mimar gatos con tías —gñ, yo asignar roles de género—. Pero hablamos de niños, no adultos, y de tebeos, no de "novelas gráficas".

Se me ocurren dos pruebas de esto que digo. La primera: en 1990, Ediciones B saca un suplemento sabatino con su diario El Periódico llamado El Tebeo (hay quien le llama Nuevo El Tebeo, porque sucedía a otro suplemento anterior, en formato de diario, al estilo de El Pequeño País). Recuerden lo que digo, que es importante: esto era un suplemento de prensa. Llegaba a tu casa sin pedirlo siempre que tus padres fueran de esa tribu incomprensible de personas que han de estar informadas.

Estas portadas se las he pillado a Tebeosfera, por cierto.
Gracias, guapos. Por cierto, si pueden actualizar la ficha
de Cantero, Edgar... Ese muchacho ha hecho cosas.

Mi padre pertenece a esa tribu, así que yo tuve todos los números. (Lamento decir, por cierto, que no los encuentro.) Después de su primer año de vida, hacia el número 60, El Tebeo hizo una encuesta; luego, en función de esta, los contenidos cambiaron notablemente; las Tortugas Ninja fueron reemplazadas por series "tiernas" como Cédric, de Cauvin y Laudec, y apareció alguna claramente de chicas, como Cecilia, Julia y Clara (Julie, Claire et Cecile, de los belgas Sidney & Bom).


No me di cuenta entonces, pero lo que entiendo ahora es que con esa encuesta descubrieron que la mayoría de los que daban una oportunidad a la revistucha eran niñas. Minipunto para las chicas.


Segundo minipunto: la revista Zipi y Zape.


Como los autores de relleno eran eso, relleno, y yo, en mi miopía infantil, me fijaba en los personajes titulares, siempre preferí Mortadelo a Zipi y Zape. Lo cual quiere decir que la gente precavida me compraba Zipizapes para asegurarse de que no le dijera "lo tengo repe". Así que tengo unos cuantos. Cuatro o cinco.

Zipi y Zape tenían revistas propias (normal y súper, como la gasolina de entonces) desde 1972, con Bruguera. B las resucitó a partir 1987. Pero pasa un poco lo mismo que con Mortadelo: si por la época en que B tomó el control de las revistas la serie de Ibáñez estaba ya de capa caída —y no sólo por culpa del equipo suplente—, Zipi y Zape, en la misma época, estaban acabados. Pero mucho. No sé si Escobar tenía negros a los que culpar, pero vaya, salta a la vista que lo que lleva su firma por esta época es bastaaaante inmundo. Con respeto y todo eso. Por eso he puesto el "bastante".

Desenlace: al final, Zipi y Zape dan la papilla y el biberón
a un enano sordomudo que la señora esa de los überpecs tenía
realquilado en casa. Cara de circunstancias, todo es un equívoco.

Nuevamente, que la serie titular de la revista ya huela es positivo para los autores de relleno, que lucen más. Lo curioso es que esos autores, esencialmente los mismos que rellenaban el Mortadelo en la misma época, con la notable excepción de Cera y Ramis, hacían para Zipi y Zape series que, si no están orientadas al público femenino, parecen tenerlo muy en cuenta.

Empiezo por las pruebas obvias, como que se recupere (mejor dicho, que se retome; entiendo que las páginas eran nuevas) la serie Montse, la amiga de los animales, que Enrich había creado para la revista Gina en 1978. (También fue una serie de relleno en la revista de Esther.)


La revista Gina. Decid lo que queráis, pero apuesto a
que, comparada con Mujer hoy, era un panfleto feminista.
 

O que Gosset, que para Mortadelo hacía Hug, el troglodita, se sacara de la manga la versión femenina, Roquita, para Zipi y Zape.



O que el esmerado Rovira, autor de Segis y Olivio, crease para Zipi y Zape dos series: Cinco amiguetes (en 1978, aún con Bruguera) y Piluca, otra vez con prota femenina. (Sí, aquí abajo parece un chico, pero es porque Rovira le iba cambiando el peinado. Eso, y los escenarios tomados del natural, como parece ser el de la primera viñeta, son síntoma de tebeo hecho con amor.)

 
Otro más: ya en B, Maikel, mi Maikel de El Jueves, estaba haciendo Los Especialistas, S.L. para Mortadelo: investigadores, monstruos y más cosas estupendas. Para Zipi y Zape, sin embargo, creó otra heroína.



Uno más sutil: Rojas, aka Folgado de Rojas, famoso por Don Percebe y Basilio, cobradores a domicilio, creó Aníbal para Zipi y Zape en los primeros 80; continuaba aún en el 87. No tengo bastantes entregas para saber si la niña (llamada Gemma, creo) tenía mucho peso en las tramas; pero que salga en la cabecera ya dice mucho. A mí, de pequeño, me decía que no lo leyera.


La línea de la revista, en resumen, era más girl-friendly. No hay apenas slapstick violento como el de Mortadelo, ni humor gamberro como el de Cera o Ramis (salvo algo reimpreso de Vázquez). Hay muchas series de animalitos, y secciones de trabajos manuales. Llenan el cupo de aventuras y superhéroes series tan naïf como Robín Robot, de Sanchís. Detalles como las ilustraciones de Ricardo (no, el de El Mundo no; otro que no he identificado) dan un acabado bastante cursi. La verdad es que, hojeando Zipi y Zape, llego a convencerme de que ésta era la revista de chicas. ¿Hace falta que diga que desprecio estas etiquetas sexistas y bla bla bla? Bueno, si alguien pensaba enviarme un mail con diez enlaces a webs de estudios de género, que sepa que sí, estoy a favor de que las niñas jueguen a fútbol, pero no hemos venido a hablar de mí.

No tengo bastantes números de la época Bruguera para saber si la revista ya estaba encasillada entonces. Mi intuición es que sí, pero menos. En cualquier caso, saco de todo esto un par de conclusiones: quienes dirigieran toda esta hidra de revistas de múltiples cabeceras, tenían en cuenta al público femenino, porque las niñas leían tebeos. Y el caso de El Tebeo, antes citado, demuestra algo más: las niñas leen. A secas.

Eso me consuela. He dicho más de una vez que todo lo que yo he hecho en la vida, al final, era para impresionar a una mujer. Suerte que al menos me dirijo al sexo que está dispuesto a escuchar.