jueves, 28 de noviembre de 2013

Gane más dinero dibujando

Creo recordar que alguien en El Jueves mencionó o parodió este anuncio recientemente. Aun así, me ha sorprendido encontrar el original. Es de 1972.


Naturalmente, necesitarás material:

1973.

1985.

Y por cierto, aprovecho esta plataforma para decir de una vez lo que pensé durante toda mi vida escolar: sus gomas de borrar, señor Pelikan, eran una mierda. Ya la mitad blanca era tan dura que lo menos malo que podía ocurrir era que ensuciaras el papel sin rajarlo entero, pero es que la mitad negra, de una dureza de 11 en la escala Rockwell y áspera como un Fleshlight de Scotch-Brite, ¿para qué coño servía? ¿Para borrar tinta? ¿Lijar madera? ¿Cortar diamante?

¿Y para qué quiere nadie un semicírculo, joder?


*


Ay, otra cosa (¿veis?, ya estoy de buen humor otra vez): mañana viernes, los atesoradores de cómics de BCN y alrededores tenemos una cita social. Ya sabéis, de las de ducharos antes y poneros vuestra mejor camiseta con referente pop rebuscado. Y el motivo es la presentación de Whakoom, el sitio de los tebeólogos. De hecho, Whakoom lo han desarrollado amiguetes míos y es el culpable de que yo exhumara mis revistas y lanzase este blog. ¡Y en la inauguración es donde reparten las invitaciones!

 Cuándo: Viernes 29 de noviembre, 19:30. 
Dónde: Librería Universal. Ronda Sant Antoni, 9. BCN.
Lo cuálo: ¡Presentación de Whakoom! ¡Parlamentos cortos y regalos! ¡Personas, asistir!

lunes, 25 de noviembre de 2013

Tran - Gutapercha / Plurilópez

A menudo, cuando tengo que documentarme para un post de estos (porque yo no me invento todo lo que digo, ¿eh? Busco a otros que se lo inventan por mí), tengo la enojosa sensación de llegar tarde. Ya me supo mal que Jorge Bayona Url hubiera muerto en La Floresta meses antes de empezar este blog. Y justo ahora que había escaneado algo de Tran (José Luis Beltrán: Zaragoza, 1931) y consulto su biografía, me entero de que murió en Sitges el pasado octubre. Sin que ni mi TL de Twitter se diera cuenta.



Como Jiaser, Tran fue otro pintor/comiquero de la era Bruguera. Tiendo a pensar que pintor por vocación, comiquero por un sueldo fijo. Empezó en Tío Vivo en 1960, creando varias series (las más recordadas, Tete Gutapercha y Plurilópez). Las historietas que ilustran esto son de c. 1980; en el Mortadelo refundido de 1984 ya no hay material suyo. Hasta donde he visto, pocos guiones escribía él; sin embargo, según alguna entrevista, el personaje de Gutapercha (un decorador) tenía bastante de autobiográfico, y deduzco que el de Plurilópez (un pluriempleado) también, por razones obvias.

Lo cual mola. Porque siempre que se habla del retrato social en los personajes de Bruguera clásicos, se citan los casos que retratan la cara más gris y grotesca de la posguerra (Carpanta, Doña Urraca, etc.). Por contra, los personajes de Tran retratan una faceta más ligera: la clase media de los 60 y 70, con su esperanza de prosperidad. Y lo hacen bien: Tran captaba los detalles estéticos de la época, su moda entrañable de cuellos altos y pantalones acampanados. El mismo diseño de Plurilópez es sintomático (nótese el cigarrillo en todas las viñetas): se parece a nuestros padres de jóvenes, pero no a nosotros. Y mirad la compañera de Gutapercha, qué vintage:



(Y sí, este es el típico ejemplo de cosa que hace que un autor me haga gracia hoy, pero que no ganó mi atención cuando era crío. Pero claro, afrontémoslo: las aventuras de un decorador, así, como premisa, no es para enloquecer a una guardería.)

"Cumbres", Humberto Tran.

Tran murió sólo un par de semanas después de inaugurar exposición en una galería de Sitges. En ella se exhibía la obra que produjo tras apartarse del cómic. Podéis ver más en la web de la galería.

jueves, 21 de noviembre de 2013

El consejo de un amigo


Me es imposible no sonreír ante esta página.

Por algún motivo, en mis Mortadelos viejos proliferan los anuncios de CEAC y CCC, dos centros de aprendizaje por correspondencia de cuya existencia real sólo tengo constancia por sus anuncios omnipresentes.

Bueno, miento: bajando de Gerona a Barcelona por la autopista, en algún lugar del Vallès, pasabas por un edificio con el logo de CEAC (o el de CCC, no me acuerdo) pintado en el muro. Entiendo que era una oficina. Pero bueno, lo que vengo a decir es que no tengo noticia de nadie que tenga un diploma obtenido por correspondencia, rollo La bruja novata. Si algún día veis alguno enmarcado en la consulta del podólogo, o algo así, hacedle una foto y mandádmela, que me hará ilu. Debió de haber muchos en su día, a juzgar por la tenaz publicidad de las academias.


CEAC insistía muy fuerte en el punto "a las pibas
les mola un currículum bien duro, tronco".

De hecho, las revistas de cómics debían de ser una de sus plataformas favoritas, porque recuerdo también que el anuncio de CCC en la contra de El Jueves de los 90 era un clásico. (O el de CEAC. Que no me acuerdo, joder.) Hasta tal punto era típico que, en su número 1.000, El Jueves hizo un recopilatorio ficticio de la revista a través de la historia (el número de la edad de piedra, el del antiguo Egipto, etc.), y cada uno de estos números acababa con un falso anuncio de cursos de pintura rupestre y construcción de pirámides y tal. Era un buen gag.

Entiendo que los publicistas vieran en El Jueves un buen canal para llegar a su target: "¡Mira, ahí! Gañanes que ya beben cerveza y aún están ahí, leyendo tebeos, en vez hacer algo de provecho." Sí, lo entiendo. Pero que se anunciaran en Mortadelo o Zipi y Zape, que eran claramente revistas infantiles... Bueno, igual por aquel entonces el lector de doce años ya se sentía presionado a aprender un oficio. Ya se sabe, el lema de los mayores: "Yo a tu edad ya trabajaba".

No sólo había CEAC o CCC; era un mercado amplio.
Este y el de arriba de todo son de principios de los 70.


He buscado por ahí y CEAC y CCC aún existen y tienen web y todo; pero eso ya no me ha interesado mucho. Estamos en la era de internet; ya sé que ahora puedo estudiar a distancia. Y casarme con una rusa a distancia. Antes tenía mérito. Tú antes molabas, CEAC.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Jiaser - Pepe Trola

Algo que me sorprende de los dibujantes de cómic de antaño es que muchos no eran dibujantes de cómic.

Creo que eso ha cambiado. Diría que casi todos aquellos dibujantes de cómic profesionales con los que tengo trato (o sea, muchos de El Jueves y pocos más) son dibujantes a tiempo completo. Si tienen proyectos paralelos, que suelen tenerlos, también tienen que ver con el cómic. Algunos se dedican también a la ilustración, que sí, es harina de otro costal, pero no veo que su cambio de registro sea muy drástico. Y sí, otros tienen pluriempleo (me han hablado de un juevero que cuando no está dibujando trabaja de tanatopráctico), pero diría que su única expresión artística es el cómic.

Sin embargo, ¿a vosotros no os llama la atención que la persona que dibujaba esto...
 

 ...en su expresión artística más libre hiciera esto?



Pues este era José Antonio Serna Ramos (1927-2011), Jiaser o Jia en el cómic. Nació en Alicante y en los 50 se fue a París a dedicarse a la pintura. En 1975 volvió a España, ya casado, y creó para Bruguera series como Pepe Trola, Cucaracho o Maff y Osso. (Tengo pocos ejemplos de su obra, pero los guiones nunca son suyos.)




En la época Bruguera, entiendo, la profesión de dibujante de cómics era muy exclusiva. Pocos autores tenían tanto trabajo como para vivir sólo de eso, y tampoco es que el oficio tuviera un gran prestigio, así que artistas con otros intereses recurrían a la historieta para poder comer. (Por precario que parezca el cómic, la pintura lo es más.) El caso de March, el de Tranqui y Tronco, guarda algún parecido.


Yo no diré que de pequeño prestara mucha atención a las páginas de Pepe Trola. Pero descubrir que detrás de ellas había un artista tan complejo ahora me hace mirarlas con otros ojos.

Y por cierto: hay un Flickr.

sábado, 26 de octubre de 2013

Publicidad


1982.

Más opciones para chocolatear la leche. Los 80: ¿libertad o libertinaje?

Me encanta, sin embargo, el aire adulto del anuncio. Formato testimonio, eslogan alusivo pero sin nombrar al enemigo, modelo brindando con un vaso... Este mismo chaval, 40 años después, puede anunciar Chivas con la misma pose y el anuncio saldría en alguna revista seria tipo Forbes o Cambio 16.

Esto me parece buena publicidad. Dibujitos, historietitas, colorines y tetas, MAL. Esto, BIEN.

martes, 22 de octubre de 2013

L'Avui dels Súpers

El post de hoy es de regionalismos y de fomentar la división de España, pero qué le voy a hacer: el otro día encontré esta colección, y se merece, al menos, un post.


Contexto: L'Avui dels Súpers era como el Pequeño País del diario catalán Avui (hoy El Punt Avui), coordinado con el Club Súper 3, programa infantil de Televisió de Catalunya. En mi casa no se compraba el Avui porque ya se sabe que el diario que lee cada uno es lo más parecido a un sistema de castas que tenemos en occidente, y a nosotros no nos tocaba el Avui. Pero a mi tío sí, y lo compraba cada sábado para darme a mí el suplemento. Los tengo todos (suponiendo que sólo salieran cuarenta, que creo que sí). Resulta que la revista dels Súpers llegó oportunamente en septiembre de 1994; por esa época, a mí, de Ediciones B, ya sólo me gustaban Cera, Ramis y Jan; no valía la pena comprar el Mortadelo para seguirles sólo a ellos. L'Avui dels Súpers trajo una nueva remesa de autores (¿de relleno?) que no podía venir en mejor momento.

Cavall fort. En portada,
Ot, el bruixot
, de Picanyol.

Massagran. Guion de Ramon Folch
i Camarasa, dibujos de Madorell.
Desde mi perspectiva, el panorama de cómic original en catalán en los 80 no mataba mucho. Existía y existe una revista, Cavall Fort, cuya historia y significado sociocultural es más interesante que su contenido; existía Tretzevents, más progre, que cerró en 2011 tras 60 años de existencia, pero que yo no recuerdo haber visto jamás en un kiosco; existía Massagran, que es nuestro Tintín, más o menos, y poco más. Yo, a mis 13 años (y no creo que fuera el único, pero eh, intervengan si quieren), asociaba cómic catalán con una serie de autores más ilustradores que comiqueros y una línea editorial bastante queca (ñoña). Los dibujitos que hablaban catalán siempre fueron de señoras: las señoras de Teo (Violeta Denou), la señora de Las tres mellizas (Roser Capdevila), la señora que dibuja como Pilarín Bayés (Pilarín Bayés)... Para alguien que había aprendido a leer con Ibáñez y crecido con Ramis, el cómic catalán era poco engrescador. (Insisto en que esto no pretende ser historia; es mi percepción de la época y nada más.)

Pero L'Avui dels Súpers se lo curraron. Había alguno de los autores tradicionales (Picanyol, sin ir más lejos), y alguna portada de señoras, pero casi todo el resto de series era de verdadera masturbación sensorial. Hecho por algunos autores conocidos, aquí hablando en su otra lengua materna, y otros que empezaban entonces, pero a los que ahora conozco muy de cerca. Mucho. :D

De las 16 páginas de la revistilla, sólo tres o cuatro traían contenido relacionado con el Club Súper 3 en sí. La primera, con el tema principal del número, corría a cargo de Joan Tharrats y Vaquer, de fama juevera. Curiosamente, esta era la época en que los experimentos de Vaquer con el Mac desconcertaban a los fans del dibujo bonito de Johnny Roqueta, pero en las páginas del Club Súper 3 quedaban bien. Yo flipaba con ese trazo acelerado (aún lo hago) y la composición a golpe de copypaste encajaba bien con el programa de televisión, que era un formato contenedor como el que luego copiaron TVE con Pinnic o Antena 3 con Megatrix. Y ahora que me acuerdo, había una tía en Pinnic que tenía un polvo con amor. Ya está, hasta aquí mi digresión obscena. 

Petri, Supernets y Noti. A mí, eso de dibujar tipazos en tres trazos siempre me fascinará.

Por cierto, un ejemplo de absorción deliberada:

Las bambas de Flash, Top i Buf.
Las bambas de Xavi en Edgar trabaja.

Y ahora, las series.

(Discléimer: lo que viene ahora es un montón de historietas en catalán que no he encontrado traducidas y que, tras considerarlo dos segundos, he decidido no traducir yo, más que nada porque no me apetece. Si es su voluntad, siéntase usted libre de ofenderse mucho por esta flagrante marginación y de irse a la mierda y desde allí escribir al director del ABC quejándose de historietistas que hacen cosas en lenguas que usted no conoce sólo por fastidiar. A los demás, os invito a intentar leerlas; vale la pena el esfuerzo extra. Y joder, es catalán, no uzbeko.)

Como en toda revista juvenil catalana, no podía faltar la sección de rollo cau/casa de colonias hablando de la naturaleza y la biorriqueza patria y blablablá. Pero ¡oh!, esta vez viene ilustrada con chistes buenos, no ingenuos, y con referencia pop incluida. Y los firma un tal... ¿Manel Fontdevila? ¿De qué me suena a mí ese nombre?


Esta sección se acabó a las 20 semanas. Entonces, el tal Fontdevila estrenó una página completa:  S'ha acabat el pati! ("Se acabó el recreo"), protagonizada por el joven Eloi, amante no correspondido de la bella Mireia. Igual la nariz y el pelo de Eloi, y Mireia entera, os recuerdan a alguien.

Max el Tapir se recicla al pie de la página como presentador de la agenda cultural. Y me mata con ese chiste sobre Jordi LP, stand-up comedian catalán. Os juro que Guille y yo hace años que hablamos de una hipotética peli de acción a lo Jungla de cristal que debería rodarse en las calles de Barcelona, y coincidimos siempre en el mismo punto: el villano tiene que ser Jordi LP. Bravo, Manel; compartimos una visión.
Pero el talento del tal Fontdevila no acaba aquí: sirve de guionista a J. M. Beroy en la que me parece, con diferencia, la mejor serie del cómic nostrat jamás creada, una que debería haber barrido hace años a Massagran de las estanterías: Els fabulosos Mallofré, superhéroes defensores de los valores catalanes, que en estos tiempos de tensión y de oídos sordos a nuestro grito como pueblo YO REIVINDICO A LA PUTA VOZ DE YA:


El golpe estético es como para provocarle o curarle la epilepsia a mi yo de 13 años. Vengo de Bruguera y B, de Ibáñez y sus discípulos, de un mundo de eternos planos laterales encajados en viñetas de altura homogénea. Sé que existen Marvel y el manga, pero quedan lejos, como la mili. La flexibilidad de estas páginas es como descubrir de golpe dos dimensiones extras y seis colores nuevos en el arco iris. Solo la tercera viñeta (contrapicado, escenario, sombra dramática) se mea sobre seis kilos de álbumes Olé embalados para el trapero.

Otra de regalo. En esta, los jueveros reconocerán más al guionista, creo.


No quiero restar un ápice de mi admiración a Beroy, pero no es sólo Beroy. Els fabulosos Mallofré es una serie mensual; se turna en la revista con otras igual de potentes. En el número siguiente, se nos presenta El Bosc Feréstec, S.L. ("Bosque agreste, S.L."), una agencia de talentos en un mundo de hadas y dragones. Firma el colectivo La Penya. (Yo aún no había descubierto la opus magna de La Penya, Mondo Lirondo. Ah, y por si alguien no lo sabe: La Penya son Àlex Fito, José Miguel Álvarez, Ismael Ferrer y Albert Monteys. Oh. Sí.)


Es difícil determinar quién hace qué en La Penya, pero yo, que me jacto de conocer a Monteys, quiero ver su huella en el chiste de la tercera viñeta ("Bhaf no viene porque está enfermo, y Whouf tampoco porque no existe, te lo has inventao"). Gracioso.

Maldita sea; pongo otra, porque son demasiado buenas:


 Va, la última, la última. Es que el gag de esta primera página me parece perfecto.


Bueno, venga, sigo antes que me denuncien por infracción de copyright. A mitad de la revista, Ismael Ferrer saca el pie de La Penya un momento para firmar una serie propia. Como Súper 3 es en parte responsable de descubrirnos el manga a nuestra generación, parece justo que la revista cuente con una serie de ese estilo: Eli i la iaia Makuto, crónica del verano que una adolescente pasa con su abuela ninja en un pueblo de locos típicamente nipón.



Móar. Otro clúster de autores que firma como Frankfurt (pero que la cabecera anuncia como Alfons López, Rafel Vaquer y Xavier Roca) vuelve a tirar el Paint Shop Pro por la ventana con Star Craks, transportistas intergalácticos. Otra tanda de dibujos humillantemente rápidos y molantes.


La última serie en rotación: Pasqual Ferry crea a una chica llamada Lluna (no, no saquen conclusiones), más emo que ninguna chica mona y más mona que ninguna chica emo, y le da un noviete al que no se puede llamar por teléfono: hay que invocarle en un pentáculo. La serie se llama Als llimbs ("En el limbo"). Es una verdadera pena que sólo se publicasen (creo) tres entregas; los personajes me hacen caer la baba aún hoy. Pasqual Ferry se fue a trabajar a la Marvel y ahora es el dibujante de Thor.


Última for justice: a Joan Gómez (lugar y fecha de nacimiento desconocidos) yo le tenía más por ilustrador que por comiquero, porque cuando le reencontré en L'Avui dels Súpers me sonaban los dibujos de un libro de ciencias que tuve en la EGB. Gómez había estado en Tretzevents, de donde creo que reciclaron la serie Els somnis de l'Anna ("Los sueños de Anna"). Aunque menos gamberra que todas las series anteriores, era una de mis favoritas: esa profusión de detalles que se gastaba prorrogaba la lectura.



Vale, ¿veis ese monstruito verde y encorvado a la izquierda? ¿El que parece tener un solo ojo?

  

No, no, no busquéis las diferencias. Lo saqué de ahí. 40 números de L'Avui dels Súpers ocupan mucho menos que todos mis Mortadelos; pero la impresión que me causaron fue profunda. Eso merece, al menos, un post. De los largos.

martes, 15 de octubre de 2013

Ramis - Sporty (o Por qué quiero a Ramis más que a ti, volumen I)


A todos los que nos sentamos en la mesa de los niños en la cena anual de dibujantes de El Jueves nos une una cosa: el amor a Juan Carlos Ramis. Preguntad a cualquier Rubén Fdez. o a algún Morán; creo que me darán la razón. No le conocemos, apenas le hemos hablado, no sabemos dónde para, y si lo supiéramos, tampoco correríamos a buscarle. Es algo extraño, como el tío gamberro que tus padres critican pero que a ti de niño te hace mucha risa. Somos los niños de Médico de familia, y él era nuestro Francis Lorenzo. Nos marcó, pero no queremos ser como él (tampoco podríamos). Nos enseñó mucho, y sin embargo sabemos que esa no es la manera de hacer las cosas. Ciertamente, ninguno de nosotros haría algo así:


Juan Carlos Ramis (Chantada, Lugo, 1962) es el autor de relleno con mayúsculas de la época de Ediciones B, a partir de 1986. Llegó a Mortadelo con Alfalfo Romeo y a Súper Mortadelo con Sporty, y él solo apartó estas revistas de la trayectoria Bruguera. De entrada, con un dibujo antiacadémico, de influencia Ibáñez clarísima, pero sin madurar. Todos los dibujantes de Bruguera y B hasta entonces parecían veteranos: fueran viejos o jóvenes, esmerados o frescos, clásicos o rompedores, el dibujo de un Ibáñez o un Cera o un Marco venía a decir "llegamos a esta revista con el culo pelao". El de Ramis, no. Ramis era sencillote, a veces torpe, más bien infantil; sus páginas tenían un aspecto poco profesional.

Y luego estaban los chistes.


Los chistes de Ramis eran... pues... No, no sé explicarlo. O sea, en parte encajaban con el dibujo: eran poco profesionales. Eran pueriles. Eran malísimos. Pero funcionaban. No entiendo por qué. Y si alguien asegura entenderlo, que le jodan. No escuchéis a teóricos del humor que intentan explicar qué es humor inteligente o cuándo un chiste malo es tan malo que es bueno; quienes formulan y siguen esas reglas suelen ser eficientes y poco más. Ramis era un genio.

Sporty temprano. 1987.

¿Acaso los chistes eran malos, pero eran muchos? ¿Eran tan malos que eran buenos? ¿O eran tan malos que eran idiotas? Cualquiera de esas explicaciones sirve para justificar que nos gustara de pequeños, pero lo más importante es que, por la misma razón, hoy lo admiramos. Porque, sencillamente, no tenemos huevos de hacer estos chistes. Se nos ocurren, sí, no diré que no; pero los soltamos en la mesa de los niños en la cena anual de jueveros; no los publicamos. Hay quien llamaría a eso profesionalidad; quizá sea vergüenza. En cualquier caso, es lo que Ramis no tenía y le hace querido e inolvidable. Yo no compartía tebeos con Guille Martínez-Vela o Xavi Morató, pero el chiste de "mentalizarse" es un referente común y reconocible. Como el de "acabaremos con el rayo".

¿Qué? ¿No hay apuestas? Bueno, os lo acabo de contar en otro momento.


Lo más sorprendente, sin embargo, fue su evolución. Nuevamente, yo no soy comicólogo ni consulto más bibliografía que mi escasa colección; estoy especulando, pero creo que hubo un momento en que Ramis pasó de hacer Sporty como lo hacía porque no daba más de sí a convertir su defecto en virtud. Se dio cuenta de que el dibujo feúno y el humor tonto eran sus armas, y las abrazó. Y el humor tonto se convirtió en suprema gilipollez:


En esta época, la serie se había librado ya del tema deportivo; las aventuras de Sporty pasaron a centrarse en su imposible relación con la bella Renata (sí; Mamerto, Renata... Ramis era el puto amo del nomenclátor) y el humor va haciéndose más picantón. Sin ir más lejos, observad cómo el maestro desarrolla tan desafiante premisa:

Y lo dejo aquí, porque esa última viñeta me parece sublime. La página es de 1992.


Guille y yo hablamos una vez con Ramis y Cera cuando firmaban en un salón del cómic. Ramis recordaba con cariño esta época, porque "hacíamos lo que nos daba la gana". No te haces idea de cómo "lo que te daba la gana" influyó en los niños de entonces/dibujantes de hoy, querido Ramis. Dudo que el auge del absurdo que hoy vivimos existiera sin ti. No sabes qué monstruos has creado.

Pero por favor, volvamos al malvado que pretende acabar con el rayo reparador de la capa de ozono.


Y por cierto, esa bazooka en la viñeta final... ¿acabamos de asistir al nacimiento de Mafrune?